Las autoridades ambientales del Valle del Aburrá advirtieron que la zarigüeya es el animal con más ingresos al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, con la recepción de 6 y 7 individuos en promedio por día en lo que va corrido de 2021.
Los atropellamientos, golpes con palos, cortes, mordeduras de perros domésticos, ataques con sustancias químicas, y amarres con cuerdas son algunas de las principales causas de sus heridas.
Según el Área Metropolitana, unas 1.157 zarigüeyas comunes han ingresado en lo que va del 2021 al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre operado con apoyo de la Universidad CES, encabezando el conteo de las especies con mayores ingresos al CAV, que este año ha recibido 4.630 animales silvestres por diferentes causas.
Este animal, que no es un roedor sino un marsupial, familiar evolutivo de los canguros, es muy común en los 10 municipios de la región, debido a su capacidad para adaptarse a entornos urbanos, donde encuentra alimento y refugio. El mamífero nocturno recorre las calles, cables, techos, árboles y postes en busca de alimento.
La zarigüeya se alimenta de frutos, insectos, aves, roedores y reptiles (incluso serpientes), por lo que controla la población de sus presas y dispersa las semillas de los frutos que consume. También es presa de algunos depredadores silvestres como búhos, zorros y felinos, por lo que cumple importantes funciones ecológicas.
Sin embargo, en las ciudades sus amenazas son mayores: este marsupial es objeto de estigmatización y miedo, por lo que sigue siendo fuertemente atacado.
Los casos más frecuentes que se han registrado incluyen golpes con palos o piedras, cortes con machetes y mordeduras de perros domésticos, además de atropellamiento en las vías. Por lo general, estas lesiones limitan casi totalmente la capacidad de las zarigüeyas para desplazarse, pues les causan fracturas, amputaciones y traumas internos. También ingresan al centro gran cantidad de crías recién nacidas que perdieron a su madre.
Yessica Sierra Sánchez, médica veterinaria del CAV, dijo que “cuando veamos que un animal silvestre necesita atención médica, se pueden comunicar a la línea de atención a emergencias 304 630 0090, allí los operadores les darán indicaciones para que el animal pueda ser recogido por nuestro personal”.
Atacar o matar una zarigüeya es un delito, pues pertenece a la fauna silvestre nativa del país.
Los atropellamientos, golpes con palos, cortes, mordeduras de perros domésticos, ataques con sustancias químicas, y amarres con cuerdas son algunas de las principales causas de sus heridas.
Según el Área Metropolitana, unas 1.157 zarigüeyas comunes han ingresado en lo que va del 2021 al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre operado con apoyo de la Universidad CES, encabezando el conteo de las especies con mayores ingresos al CAV, que este año ha recibido 4.630 animales silvestres por diferentes causas.
Este animal, que no es un roedor sino un marsupial, familiar evolutivo de los canguros, es muy común en los 10 municipios de la región, debido a su capacidad para adaptarse a entornos urbanos, donde encuentra alimento y refugio. El mamífero nocturno recorre las calles, cables, techos, árboles y postes en busca de alimento.
La zarigüeya se alimenta de frutos, insectos, aves, roedores y reptiles (incluso serpientes), por lo que controla la población de sus presas y dispersa las semillas de los frutos que consume. También es presa de algunos depredadores silvestres como búhos, zorros y felinos, por lo que cumple importantes funciones ecológicas.
Sin embargo, en las ciudades sus amenazas son mayores: este marsupial es objeto de estigmatización y miedo, por lo que sigue siendo fuertemente atacado.
Los casos más frecuentes que se han registrado incluyen golpes con palos o piedras, cortes con machetes y mordeduras de perros domésticos, además de atropellamiento en las vías. Por lo general, estas lesiones limitan casi totalmente la capacidad de las zarigüeyas para desplazarse, pues les causan fracturas, amputaciones y traumas internos. También ingresan al centro gran cantidad de crías recién nacidas que perdieron a su madre.
Yessica Sierra Sánchez, médica veterinaria del CAV, dijo que “cuando veamos que un animal silvestre necesita atención médica, se pueden comunicar a la línea de atención a emergencias 304 630 0090, allí los operadores les darán indicaciones para que el animal pueda ser recogido por nuestro personal”.
Atacar o matar una zarigüeya es un delito, pues pertenece a la fauna silvestre nativa del país.