Tras su llegada este 27 de febrero a Colombia tras ser extraditado en 2008, desde diferentes sectores políticos y sociales hay una alta expectativa frente al papel que podría cumplir el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso en diferentes aspectos relacionados con la construcción de paz y en un escenario aún en conflicto en muchas zonas del país.
Víctimas del accionar de grupos paramilitares en las últimas décadas en Antioquia han exigido de parte de Mancuso un compromiso claro e incluso superior al de otras personas que integraron las filas de las AUC frente a la verdad y la memoria.
Nora Saldarriaga, directora de Forjando Futuros, una organización representante de víctimas, muchas de ellas reclamantes de tierras en Urabá, solicitó que dentro de sus testimonios Mancuso también pudiera aclarar asuntos como alianzas de organizaciones que estuvieron a su cargo con otros poderes económicos y políticos del país.
"Reiteramos la importancia de que nombre las alianzas y la connivencia de empresarios fuerza pública y demás actores armados en los territorios a nivel nacional y especialmente en el Urabá en la confesión de de hechos", dijo Saldarriaga.
En esta misma línea, Carlos Zapata, presidente del Instituto Popular de Capacitación, indicó que la verdad por parte de Mancuso debe llegar como un intercambio con las víctimas ante la imposibilidad de pagar por todos los crímenes cometidos.
"Mancuso no tendría suficiente vida para pagar por todos los crímenes que ha cometido, pero entonces por lo menos que entregue verdad a sus víctimas; tocará tragarnos el sapo de ver una persona que ha tenido tantas vulneraciones de derechos humanos en libertad, pero a cambio yo creo que lo que hay que buscar es que honre sus compromisos con la verdad", explicó.
Luego de su llegada al país, 64 funcionarios del Inpec capacitados por la Embajada de Estados Unidos custodiarán el pabellón de máxima seguridad de La Picota donde permanecerá recluido Salvatore Mancuso.