El Ministerio de Hacienda publicó un proyecto de decreto que está sacudiendo a buena parte del aparato productivo del país. La propuesta, que modifica las tarifas de retención en la fuente a título de impuestos sobre la renta y complementarios, incluye un cambio clave: que los autorretenedores también sean sujetos de retención.
En la práctica, esto implica que el Gobierno podrá recaudar por adelantado una tajada más grande del impuesto de renta de sectores económicos estratégicos.
El argumento del Ministerio es claro: se busca aumentar la caja estatal para cerrar el hueco fiscal de 2025, así como se hizo en 2023.
Pero los analistas ya prenden las alarmas por un posible efecto rebote: un menor recaudo en 2026, más presión fiscal para el próximo Gobierno, y empresas sin oxígeno financiero en medio de un estancamiento económico.
¿Qué cambia con este nuevo decreto?
El proyecto busca modificar el Decreto 1625 de 2016, basado en el artículo 365 del Estatuto Tributario. Este artículo le da vía libre al Ejecutivo para regular por decreto el cobro de la retención en la fuente, sin pasar por el Congreso.
Entre los cambios más relevantes está el aumento de las tarifas para varios sectores productivos. Por ejemplo:
-Cultivo de arroz, tabaco, café, legumbres y caña de azúcar: del 0,55% al 1,20%.
-Extracción de hidrocarburos y minerales: 4,5%, la tarifa más alta.
-Producción de gas natural: también 4,5%.
-Minerales de uranio y torio: 2,8%.
-Petróleo crudo: 2,7%.
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Además, se modifica la base mínima para aplicar retención y las tarifas de autorretención. El rango va desde 0,55% hasta un tope de 4,5%, dependiendo de la actividad económica. Esto convierte el nuevo decreto en uno de los más agresivos en materia de anticipación del recaudo tributario.